Entregando perdones al por mayor
tras errores no curados que
sangran en señal de protesta
de una esperanza irreal.
Saturando la herida entrecortada
por lugares sin compasión,
de habitantes incontenibles,
de una falla entre las venas.
Cuando el otoño aún está verde
e ilumina el rayo de sol parece
que el verano no se va a acabar
aunque la ilusión ya fue consumida.
Y los cuatro laureles de la vida
van perdiendo su matiz,
corrompiendo sus raíces
la fractura de la confianza.
Y cuando cae la luz al atardecer
cae el sueño de existir,
cae la dulce simpatía,
caigo, sin fuerza, a tu merced.
lunes, 3 de agosto de 2009
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2 comentarios:
este creo q fue el primer poema q conocí tuyo, cuando empezamos a salir.
o por lo menos lo tengo en mi compu.
estas loco.
espero hacerte feliz.
te amo,
y mucho.
yo.
"Y cuando cae la luz al atardecer
cae el sueño de existir,
cae la dulce simpatía,
caigo, sin fuerza, a tu merced."
simplemente me encanto
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