domingo, 29 de abril de 2012

Yo no soy tu alumno


Yo no soy tu alumno, querido maestro…

Todos somos seres de luz, y el tildar a alguien por su menor edad de a-lumno (sin luz) que debe ser iluminado por un maestro o un profesor es de los conceptos más aberrantes que el lenguaje cotidiano nos brinda.

En la verdadera enseñanza, el aprendizaje siempre es mutuo, y un maestro que no logre ser a la vez aprendiz, debería rever sus métodos, sus conocimientos. Hablando en serio, debería profundizar en su espíritu y encontrar la razón de que no pueda admirar toda la sabiduría que los niños o jóvenes le comparten día a día.

El discípulo (del latín discipulus, “el que está empujado a un aprendizaje”) es, como todo en este mundo ilusorio y relativo que nos toca vivir, una partícula del Ser Supremo, una partícula de luz interactuando con millones de partículas de luz a cada instante, sin saber cuál le pertenece y cuál no, sin que en realidad alguna le pertenezca.

Por lo tanto, ¿cómo puede decirse que alguien es un a-lumno, y que otro vendrá con la luz de la verdad a iluminarlo, mientras que antes se encontraba en la oscuridad?

Un verdadero maestro debería ser un guía. Y un verdadero guía es aquel que nos abre un sendero hacia el interior, lugar donde reposan todas las verdades. Es dentro de nosotros mismos donde encontraremos la belleza, la justicia, la luz, y sólo al verla dentro, podremos apreciarla en el exterior.

Es decir que la educación que hoy en día manejamos se basa en conceptos erróneos (por no decir desagradables) desde el vamos. Puesto que la iluminación no se basa en conceptos externos, en aquellas respuestas que nos encasillan, ante la infinita cantidad de preguntas que tiene un niño, antes de que repriman en él la duda y la sorpresa. La educación debería estimular esa duda y esa sorpresa, y no meterla dentro de un molde. La educación debería hacer que cada aprendiz encuentre su propia luz, y no tomarlo de un ser sin luz que adquirirá luz por respuestas exteriores.

La educación como hoy la conocemos debe acabarse, y este es uno de los pasos más importantes que debemos dar hacia una sociedad mejor, donde la gente pueda alcanzar su autorrealización, y no viva en la eterna angustia del deseo insatisfecho.

Mantresha-

lunes, 23 de abril de 2012

Una verdad

Una verdad nacida de una ilusión

persiguen desde hace siglos matemáticos y filósofos:

una verdad que nada dice del soplo de un copo de nieve,

o de la caricia de una hoja otoñal que me despierta

a recibir la magia del primer rayo de sol.

Aquella verdad nunca habló del alma:

siempre perdida dentro de los bastos terrenos de la cabeza,

de la estructura, de la búsqueda de explicaciones racionales

al canto del cisne en los ojos del roble

que cuenta sobre los gnomos que le hacen cosquillas

cuando el río ríe rimas.

Mis ojos miran el cielo

y perciben las millones de partículas de energía

que juegan a la mancha y saltan

de capullo en capullo

haciendo florecer amor

en los emocionados ojos de una nube risueña

mientras él trata de trazar límites y signos,

algoritmos y metodologías,

definir las paredes estrictas y exactas

de aquello que no es más que humo.

No los juzgo, perseguidores de la razón,

pero

¿cómo mostrarles que si le dan espacio al silencio

encontrarán a dios?



El viernes leí en un ciclo de poesía, una hermosa experiencia. Además toqué dos composiciones mías, y un tango con la hermosa poeta Alicia Pastore. Disfruté de la noche de Alejandro Castro también, y de la luz de su ensamble Miel de Caña. Agradezco a Gisela Galimi y a Marianiela Riera por haber abierto este espacio de comunión.

Este fue el último poema que leí, con él cerré la transformación que narré, una transformación que es el camino de un ser sin fe a un ser con fe.

Lo que olvidé fue homenajear a un maestro mío llamado Luis Alberto Spinetta, citando una frase de una bella canción que él ha compuesto, que guió mi exposición:

"Y deberás luchar, si quieres descubrir la fe."


A pesar de empezar por el último, luego comenzaré a subir todos los poemas en orden, (mi orden empieza por el final antes del primero, sí, como cualquier círculo, como los ciclos de la vida, como el tiempo que es circular, como todo, donde el principio es cualquiera y así el final, puesto que no hay ni principio ni fin.)


Y así fue como mi blog se vuelve a reabrir. Espero alguna vez ver estos poemas impresos en formato de libro, sería hermoso, y me encantaría que a la vez los puedan acompañar a todos los que transiten algo similar.


Mando un abrazo enorme, un beso dulce, y caricias suaves a todos ustedes.


Amor infinito,


Mantresha


P.D.: Ya contaré sobre mi nuevo nombre, que se pronunciaría Mantresh.