jueves, 6 de enero de 2011

Me amo

A veces se necesita ser algo egocéntrico. Sólo quien alguna vez en su vida puso a la otra persona muy por encima de sí mismo puede comprenderme, y el que vivió esto posiblemente haya notado que, una vez que el otro ser más importante que uno se va, pasamos a ser nada.
Pero para amar al otro es necesario tenerse un profundo respeto y cariño a uno mismo. Es una de las cosas que se olvidan de enseñarnos en los colegios cuando creen que nos enseñan a compartir; se olvidan de enseñarnos los hermosos y maravillosos seres que cada uno de nosotros somos y cuánto valemos. Por eso deberíamos llenarnos todo el tiempo de piropos, de palabras bellas y enriquecedoras, que es lo que últimamente estoy descubriendo. Todos tenemos algo hermoso adentro, pero a veces no lo dejamos florecer, a veces nos entretenemos con cosas tan superficiales que nos olvidamos de limpiar nuestro interior para que el diamante perfecto que todos tenemos brille. No descuiden nunca su Ser más profundo, no olviden que ahí está la verdadera luz que los va acompañar para siempre.

Y si te cuesta encontrarla, contá conmigo. Si creés que vos no tenés esta luz, que vos sos oscuridad, yo voy a estar ahí para recordarte que te equivocás por completo. Porque no creo que hayas llegado acá por casualidad (entran mis seres queridos nada más), y si llegaste acá, si llegaste a mi vida, quiere decir que juntos nos vamos a poder sacar la suciedad interior mutuamente, para llegar a ser Seres puros. Y hoy te voy a dejar una frase de Bryan Weiss, escrita en un mágico libro llamado Muchas vidas, muchos maestros.

"Es como si dentro de cada persona se pudiera encontrar un gran diamante. Imaginemos un diamante de un palmo de longitud. Ese diamante tiene mil facetas, pero todas están cubiertas de polvo y brea. La misión de cada alma es limpiar cada una de esas facetas hasta que la superficie esté brillante y pueda reflejar un arco iris de colores". "Ahora bien, algunos han limpiado muchas facetas y relucen con intensidad. Otros sólo han logrado limpiar unas pocas, que no brillan tanto. Sin embargo, por debajo del polvo, cada persona posee en su pecho un luminoso diamante, con mil facetas refulgentes. El diamante es perfecto, sin un defecto. La única diferencia entre las diferentes personas es el número de facetas que han limpiado. Pero cada diamante es el mismo y cada uno es perfecto".

Los amo, son perfectos.

2 comentarios:

Julián dijo...

alma de diamante

darinka dijo...

Yo leí ese libro jaja sabía que te iba a gustar.. capazes cuestión de pasar por muchas etapas, por muchas vidas, para ir "limpiando" cada fase del diamante, y que éste brille, por toda la eternidad.

Publicar un comentario