Por lo tanto, ¿cómo puede decirse que alguien es un a-lumno, y que otro vendrá con la luz de la verdad a iluminarlo, mientras que antes se encontraba en la oscuridad?
domingo, 29 de abril de 2012
Yo no soy tu alumno
Por lo tanto, ¿cómo puede decirse que alguien es un a-lumno, y que otro vendrá con la luz de la verdad a iluminarlo, mientras que antes se encontraba en la oscuridad?
lunes, 23 de abril de 2012
Una verdad
Una verdad nacida de una ilusión
persiguen desde hace siglos matemáticos y filósofos:
una verdad que nada dice del soplo de un copo de nieve,
o de la caricia de una hoja otoñal que me despierta
a recibir la magia del primer rayo de sol.
Aquella verdad nunca habló del alma:
siempre perdida dentro de los bastos terrenos de la cabeza,
de la estructura, de la búsqueda de explicaciones racionales
al canto del cisne en los ojos del roble
que cuenta sobre los gnomos que le hacen cosquillas
cuando el río ríe rimas.
Mis ojos miran el cielo
y perciben las millones de partículas de energía
que juegan a la mancha y saltan
de capullo en capullo
haciendo florecer amor
en los emocionados ojos de una nube risueña
mientras él trata de trazar límites y signos,
algoritmos y metodologías,
definir las paredes estrictas y exactas
de aquello que no es más que humo.
No los juzgo, perseguidores de la razón,
pero
¿cómo mostrarles que si le dan espacio al silencio
encontrarán a dios?
El viernes leí en un ciclo de poesía, una hermosa experiencia. Además toqué dos composiciones mías, y un tango con la hermosa poeta Alicia Pastore. Disfruté de la noche de Alejandro Castro también, y de la luz de su ensamble Miel de Caña. Agradezco a Gisela Galimi y a Marianiela Riera por haber abierto este espacio de comunión.
Este fue el último poema que leí, con él cerré la transformación que narré, una transformación que es el camino de un ser sin fe a un ser con fe.
Lo que olvidé fue homenajear a un maestro mío llamado Luis Alberto Spinetta, citando una frase de una bella canción que él ha compuesto, que guió mi exposición:
"Y deberás luchar, si quieres descubrir la fe."
A pesar de empezar por el último, luego comenzaré a subir todos los poemas en orden, (mi orden empieza por el final antes del primero, sí, como cualquier círculo, como los ciclos de la vida, como el tiempo que es circular, como todo, donde el principio es cualquiera y así el final, puesto que no hay ni principio ni fin.)
Y así fue como mi blog se vuelve a reabrir. Espero alguna vez ver estos poemas impresos en formato de libro, sería hermoso, y me encantaría que a la vez los puedan acompañar a todos los que transiten algo similar.
Mando un abrazo enorme, un beso dulce, y caricias suaves a todos ustedes.
Amor infinito,
Mantresha
P.D.: Ya contaré sobre mi nuevo nombre, que se pronunciaría Mantresh.
lunes, 12 de marzo de 2012
Conflicto
Dar un paso al abismo. Querer saltar para separarme de vos, pero sólo poder saltar tomado de tu mano. El agotamiento es un veneno que prende fuego mis entrañas y oprime mi cerebro. En medio del caos me pregunto quién soy y la respuesta inunda el sinsentido de mis irrelevantes creencias. Estoy mudo ante los oídos del mundo, y mi fuerza de creación está anulada. ¿De dónde sacar fuerzas hoy?
¿Cómo moverse? O peor, ¿hacia dónde arrastrarse con estos ánimos de vuelo?
Afuera está el caos, afuera está la paz, afuera está el misterio, afuera estoy solo y feliz.
Afuera, soy nuevamente un niño que teme, un niño que ríe.
Afuera, sin vos, sin voz.
¡SALÍ!
miércoles, 13 de julio de 2011
Un día (particular) en la vida de Marcos, que sirvió para que reabra su abandonado blog
Esta mañana tuve una idea. Como hasta ahora nunca había pasado, esa idea no murió tras mis nueve horas laborales diarias, no se sumergió en la rutina. A la vuelta del trabajo, era un poema.
Durante mi horario laboral asistí a una charla de “Cascos Verdes”, dada por educadores ambientales que tenían una “incapacidad intelectual”, lo cual me dejó en un bello estado de movilización.
Luego, me encontré con mi gran amiga Magui (rara amistad, conocida a través de una red social como Facebook, pero que trascendió y está siendo hermosa). Nos encontramos en Cabildo y Juramento, luego de haberla esperado un rato en el Ateneo, ojeando algunos libros de poesía. Decidimos (decidí) ir a Tea Connection, un bello y armonioso lugar para tomar el te. Compartimos un te negro de vainilla y un pedazo de budín de cacao con almendras. Cuando ya habíamos terminado de comer, la gente de la mesa de al lado se fue, dejando dos tostadas y una tentadora salsa de maracuyá. Al venir la moza, le pregunté si podía comer las tostadas que le habían sobrado a ellos, porque quería probar la salsa. Ella estuvo dubitativa un tiempo mientras yo intentaba convencerla de que no me daba asco, cuando emergió una persona de la nada preguntando si había algún problema. Yo le dije que no y ella se quedó observando. Le dije que simplemente quería las tostadas que le habían sobrado a mi vecino, porque quería probar la mermelada. Ella dijo que no, argumentando cuando le pregunté por qué que era un acto miserable comer la sobra de los demás. Yo retruqué diciendo que lo miserable era tirar los restos de comida habiendo tanta gente con hambre. Ella me dijo que si quería me traía dos tostadas y la mermelada para probarla, pero yo le dije que esto no era necesario.
Se fue. Un rato después volvió, con dos tostadas y mermelada. Le agradecí y le pregunté si podía decirle algo, a lo cual ella asintió. Le dije que me ella me había llamado miserable por esto, pero le pregunté si ella se había fijado que el hecho de que esto “sea un acto miserable” no era más que una traba social ilógica, teniendo en cuenta que hay gente que muere de hambre y que no le hacía mal a nadie comiendo eso. Ella comenzó a hablar de las cosas buenas que hace Tea Connection. Yo le dije que no me interesaba algo tan macro, que estaba hablando de cosas más chicas. Me dijo: ¿Quérés algo más macro? Todos los jueves nos juntamos un grupo de mujeres, etc, etc. Finalmente, le dije que no perjudicaba a nadie comiendo esos dos pedazos, a lo cual ella dijo que sí, que perjudicaba la imagen de Tea Connection. Indignado pero siempre tranquilo le intenté hacer ver que la imagen no es ni ahí más importante que el hambre en el mundo. Le intenté hacer ver que las sobras de muchísimas personas pueden ser completamente útiles para otras, pero que nosotros las desechamos sin pensar si a alguien más pueden beneficiarle (algo de esto se dijo en la charla de “Cascos Verdes”). Su respuesta fue que ella estaba tranquila con su conciencia, y que por qué no me fijaba para hacer cosas yo. Le conté que yo hago cosas, quizás no a ese nivel, pero que sí las hago. Repitió que tenía la conciencia tranquila. Le dije que estaba muy feliz de que así sea, y que yo también la tenía así. Luego se fue, y no volvió a aparecer ninguna moza a la cual podamos pedirle la cuenta, por lo que Magui fue a pedirla a la caja. Nos la dieron, pagamos, y nos fuimos. (Aclaración: hay cosas del diálogo omitidas, ya sea por mi falta de memoria o por alguna otra razón que desconozco. Si te parece que es necesario agregar algo, sentite libre Magui).
Nos fuimos, y Magui se subió al auto en el cual su madre la pasaba a buscar para irse a su lejana casa. Yo, por otro lado, me senté en un escalón en la entrada de un negocio cerrado, y transcribí el poema a un cuaderno. Le regalé este poema a la señora de Tea Connection, con la siguiente introducción:
De parte de un miserable
que quiere cambiar el mundo
con luz y paz.
Aquí está el poema:
Cae una hoja
transformándose
rápidamente en ave
que al sentir un pulso nuevo
logra remontarse.
Sobrevuela entonces la ciudad contagiando
felicidad en el circo de las lágrimas,
llenando de perfume los viejos manantiales.
El bosque de horarios inconclusos
comienza a florecer
en un goce de iluminadas sonrisas;
las tinieblas de viento ácido
son a tu paso un roce de amores reales.
Se armoniza en tu mirada,
pequeña ave anaranjada,
la hipocresía del hogar
rompiendo las uniones irreales.
Sos un dulce diamante
donde se evaporan los antiguos sacrificios
para dar lugar al entusiasmo vespertino
en tu vuelo de ilusiones socavadas,
en tu tierno caminar sobre la risa.
Luego la hoja llega al piso y todo tiene sentido:
ahora, cada instante resume la vida.
jueves, 3 de marzo de 2011
Apocalipsis
Me intentan cultivar ese espíritu capitalista. Soy como una semillita con una carita sonriente, alegre, llena de amor, que quiere ser un árbol. Pero me están llenando de genes medio extraños (mediante el uso de la ingeniería genética, de más está decirlo), como para que no florezca amor, si no dinero. Billetes de 100 floreciendo de mis esfuerzos por ser.
Y el otro día puse que no sabía qué era el espíritu del capitalismo, pero ahora de a poco lo voy conociendo: "El tiempo es oro" me habían dicho ochenta veces, y me parecía un lindo refrán. Hasta que me di cuenta (hace poco, sí, debo admitirlo, aún soy un niño) que se refería a que, cada segundo que no invertimos, cada segundo de placer o de "estar al pedo", es en realidad plata desperdiciada. Porque nuestro único fin es la ganancia, y no la satisfacción de necesidades o, mejor dicho, placeres, con dicha ganancia. La ganancia es el fin y el medio es perder la cabeza y el corazón vendiéndolos al sistema.
Y qué seremos uno se pregunta, además de máquinas, fabricadas para trabajar para siempre. Y qué es todo lo que haceos, además de recuperar energías para seguir trabajando. Y no paro de cuestionarme por qué trabajamos. ¿Por qué trabajamos? ¿Será por la pobreza que naturalmente tenemos? ¿Será por la insatisfacción que naturalmente tenemos? ¿¡Cómo puede ser que los avances económicos impliquen más rendimiento, y no más tiempo para invertir en placeres!? ¿¡Por qué esta ambición desmedida?
Cuestiónenselo, y así algo pueda llegar a cambiar. No se queden con la respuesta eterna que nos dan: busquen siempre la duda.
Los amo, por ahora.
¡Y ya vamos a despertar!