Yo no soy tu alumno, querido maestro…
Todos somos seres de luz, y el tildar a alguien por su menor
edad de a-lumno (sin luz) que debe ser iluminado por un maestro o un profesor
es de los conceptos más aberrantes que el lenguaje cotidiano nos brinda.
En la verdadera enseñanza, el aprendizaje siempre es mutuo,
y un maestro que no logre ser a la vez aprendiz, debería rever sus métodos, sus
conocimientos. Hablando en serio, debería profundizar en su espíritu y
encontrar la razón de que no pueda admirar toda la sabiduría que los niños o
jóvenes le comparten día a día.
El discípulo (del latín discipulus, “el que está empujado a
un aprendizaje”) es, como todo en este mundo ilusorio y relativo que nos toca
vivir, una partícula del Ser Supremo, una partícula de luz interactuando con
millones de partículas de luz a cada instante, sin saber cuál le pertenece y
cuál no, sin que en realidad alguna le pertenezca.
Por lo tanto, ¿cómo puede decirse que alguien es un a-lumno, y que otro vendrá con la luz de la verdad a iluminarlo, mientras que antes se encontraba en la oscuridad?
Por lo tanto, ¿cómo puede decirse que alguien es un a-lumno, y que otro vendrá con la luz de la verdad a iluminarlo, mientras que antes se encontraba en la oscuridad?
Un verdadero maestro debería ser un guía. Y un verdadero
guía es aquel que nos abre un sendero hacia el interior, lugar donde reposan
todas las verdades. Es dentro de nosotros mismos donde encontraremos la
belleza, la justicia, la luz, y sólo al verla dentro, podremos apreciarla en el
exterior.
Es decir que la educación que hoy en día manejamos se basa
en conceptos erróneos (por no decir desagradables) desde el vamos. Puesto que
la iluminación no se basa en conceptos externos, en aquellas respuestas que nos
encasillan, ante la infinita cantidad de preguntas que tiene un niño, antes de
que repriman en él la duda y la sorpresa. La educación debería estimular esa
duda y esa sorpresa, y no meterla dentro de un molde. La educación debería
hacer que cada aprendiz encuentre su propia luz, y no tomarlo de un ser sin luz
que adquirirá luz por respuestas exteriores.
La educación como hoy la conocemos debe acabarse, y este es
uno de los pasos más importantes que debemos dar hacia una sociedad mejor,
donde la gente pueda alcanzar su autorrealización, y no viva en la eterna
angustia del deseo insatisfecho.
Mantresha-
1 comentarios:
sabias palabras Mantresh ♥
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